México acaba de aprobar una norma que cambia la forma en que el país enfrenta el uso de materiales y la generación de residuos. La Ley de economía circular nace en un contexto donde el modelo de producir, usar y desechar ha mostrado límites claros en el ambiente y en la economía. Su aprobación marca un punto de partida distinto.
Desde el inicio, esta nueva ley plantea algo más profundo que reciclar. Busca reorganizar la manera en que se diseñan los productos, cómo se consumen y qué ocurre cuando dejan de servir. La idea central es que los materiales mantengan su valor y no terminen, de forma automática, convertidos en basura.
Qué es la Ley de economía circular
La Ley de economía circular es un marco legal que impulsa un modelo donde los productos y materiales permanecen el mayor tiempo posible dentro de la economía. En lugar de desecharlos, se busca que puedan reutilizarse, repararse o reciclarse de forma ordenada.
Este enfoque responde a una realidad evidente: en México se generan más de ciento veinte mil toneladas de residuos al día y una parte importante no se maneja bien. La ley reconoce este problema y propone reglas claras para reducir el desperdicio desde su origen.

Por qué se considera una nueva ley clave
Aunque el concepto de economía circular ya existía, su adopción como ley general cambia el escenario. Antes, muchas acciones dependían de programas voluntarios o esfuerzos aislados. Con esta ley, el enfoque circular se vuelve una obligación nacional.
También reconoce que el país ha dependido por años de materias primas nuevas. Cambiar esta lógica implica ajustar procesos productivos completos y entender que los residuos forman parte del sistema económico, no un problema separado.
Responsabilidad extendida del productor
Uno de los ejes de la Ley de economía circular es la responsabilidad extendida del productor. Esto significa que quienes fabrican o importan productos deben hacerse responsables de su impacto ambiental durante todo su ciclo de vida.
Ya no basta con vender. Las empresas deberán involucrarse en el manejo de los residuos que generan sus productos y en su recuperación. La ley busca que esta responsabilidad sea clara, medible y con consecuencias si no se cumple.

Sistema Nacional de Economía Circular
La ley crea el Sistema Nacional de Economía Circular para coordinar acciones entre municipios, estados y federación. Durante años, cada región avanzó con reglas distintas, lo que generó resultados desiguales y poca continuidad.
Este sistema busca ordenar esfuerzos, definir responsabilidades y evitar que la transición hacia la economía circular dependa solo de decisiones locales. La coordinación es clave para que el cambio sea real y no fragmentado.
El Programa Nacional de Economía Circular
Dentro de la Ley de economía circular, el Programa Nacional de Economía Circular es el instrumento que convierte la ley en acciones concretas. Define metas, plazos e indicadores para que la transición tenga seguimiento.
El programa sirve como guía para gobiernos y empresas, marcando prioridades y proyectos obligatorios. Su función es evitar que la ley quede solo en el papel y asegurar que las decisiones tengan continuidad en el tiempo. Así como dar seguimiento en el proceso de la economía circular.

De residuos a nuevos ciclos
La ley propone cambiar la forma de ver los residuos. En lugar de considerarlos un problema final, los reconoce como materiales que pueden volver a integrarse a la economía si se gestionan correctamente.
Este cambio podría reducir la presión sobre tiraderos, disminuir la contaminación y aprovechar mejor los recursos. Menos residuos mal manejados significa menos daño ambiental y mayor eficiencia en el uso de materiales.
Información clara para el consumo
La Ley de economía circular también apuesta por mayor transparencia. El Distintivo Nacional de Economía Circular permitirá identificar productos que cumplen criterios reales y no solo promesas ambientales.
Además, se desarrollará una plataforma de información pública para conocer cómo se manejan los materiales y residuos. Esto busca cerrar la brecha entre lo que se dice y lo que realmente ocurre.

Comprender y separar los residuos
Para entender el alcance de la Ley de economía circular, es importante conocer qué son los residuos sólidos y cómo se clasifican dentro del sistema de gestión ambiental. Este conocimiento ayuda a dimensionar el problema y sus soluciones.
También resulta clave saber cómo separar la basura correctamente en casa, oficinas y espacios públicos. La separación adecuada permite que los materiales conserven su valor y puedan regresar a nuevos ciclos productivos.
Retos para llevar la ley a la práctica
La implementación de la Ley de economía circular enfrenta desafíos claros. Será necesario invertir en infraestructura, capacitar autoridades locales y vigilar el cumplimiento de las obligaciones de la industria.
Además, implica cambios en hábitos de consumo y en modelos de negocio. La ley establece las bases, pero su impacto dependerá de cómo se apliquen sus instrumentos en la realidad diaria.

Un cambio que apenas comienza…
La Ley de economía circular no resuelve por sí sola la crisis ambiental del país, pero sí marca un nuevo rumbo. Coloca reglas claras y redefine responsabilidades dentro del sistema productivo.
No es una solución inmediata, sino un punto de partida. Su verdadero alcance se verá con el tiempo, cuando la economía circular pase de la idea a la práctica cotidiana en el país.






















