
Cuando una pila deja de funcionar, rara vez se resuelve en ese instante. Se queda en el cajón, sobre la mesa o junto a otras que llevan tiempo ahí. Empiezan las preguntas: ¿todavía aguanta?, ¿si la tiro contamino?, ¿puede dañar el control o el juguete?, ¿Qué pasa si ya está hinchada o corroída? La decisión se aplaza y casi siempre termina igual: la pila se guarda o se tira junto con la basura. En este blog vas a enterarte de qué trata ponte pilas con tu ciudad, una campaña pensada justo para ese momento de duda que se repite en miles de hogares.
Las pilas no son un residuo común. Están hechas con materiales que, al degradarse o romperse, pueden generar contaminación en el suelo y el agua. Aun así, muchas personas no saben qué hacer con ellas ni conocen las alternativas que ya existen en la ciudad para manejarlas de forma adecuada. No es desinterés; es falta de información clara y cercana.
Cuando la duda se vuelve costumbre en la ciudad
En casas, oficinas y comercios ocurre lo mismo. Las pilas usadas se acumulan porque nadie quiere deshacerse de ellas de forma incorrecta. Algunas se quedan meses guardadas; otras terminan en la basura cuando ya no queda opción. Ese hábito cotidiano, repetido una y otra vez, genera un problema mayor del que parece.
Para responder a esa situación surge ponte pilas con tu ciudad, un programa de carácter educativo que busca minimizar la generación de residuos peligrosos domésticos y ofrecer una alternativa ambientalmente adecuada para su manejo y reciclaje. La campaña no parte del regaño ni de la culpa, sino de una pregunta muy concreta: ¿Qué hacemos con las pilas cuando ya no sirven?

(imagen de ejemplo)
Ponte pilas con tu ciudad y conoce dónde llevarlas
La ciudad cuenta con columnas de acopio distribuidas en vialidades y espacios públicos donde se pueden depositar pilas AA, AAA, C, D, CR, cuadradas, de botón y de celular. Cada columna tiene un contenedor interno diseñado para almacenar estos residuos de forma segura, evitando riesgos durante su resguardo.
Actualmente existen más de 450 columnas ubicadas en distintas alcaldías, además de contenedores dentro de las instalaciones del programa PILARES. Esto permite que muchas personas encuentren un punto cercano a su casa, trabajo o trayecto diario. Cuando el lugar está identificado, la decisión deja de postergarse.
En distintos momentos del año, estas opciones se refuerzan con jornadas de acopio como el Reciclatrón, donde también es posible entregar pilas y baterías usadas. Para quienes no suelen fijarse en las columnas de la vía pública, estos eventos se convierten en el primer contacto con la campaña y ayudan a visibilizar el problema.
Qué sucede después de depositarlas correctamente
Una vez que las pilas se dejan en los puntos de acopio, no permanecen ahí indefinidamente. Cada quince días son recolectadas y clasificadas, y se elabora un registro mensual por alcaldía. Posteriormente se trasladan a centros de acopio temporal ubicados en el Estado de México.
Cuando se reúne más de una tonelada, las pilas se envían a plantas especializadas en Guanajuato y Jalisco, donde se clasifican por tipo y se someten a procesos específicos de tratamiento. Ahí se separan los materiales y se recuperan aquellos que pueden reincorporarse a distintas cadenas productivas.

(imagen de ejemplo)
Metales como litio, cadmio, níquel y zinc se reutilizan en la fabricación de diversos productos. La carcasa de las pilas también se aprovecha para elaborar alambre, llaves, varillas y partes automotrices. Lo que no puede recuperarse se utiliza como estabilizador de residuos peligrosos dentro de la misma planta, evitando que se libere al ambiente.
Ponte pilas con tu ciudad y entiende por qué sí importa
Desde su implementación en 2019, el programa ha permitido recolectar más de 84 toneladas de pilas y baterías en la Ciudad de México. Esta cifra no habla solo de volumen, sino de decisiones distintas tomadas por personas que, en algún momento, también dudaron qué hacer con una pila descargada.
Cada pila que se deposita correctamente evita que sustancias peligrosas terminen en tiraderos o rellenos sanitarios sin control. También permite recuperar materiales que de otro modo se perderían, reduciendo la presión sobre los recursos naturales y cerrando ciclos productivos.
Ponte pilas con tu ciudad empieza cuando sabes qué hacer
El mayor cambio ocurre cuando la información deja de ser confusa. Saber que existe esta campaña, que hay columnas de acopio distribuidas en la ciudad y contenedores diseñados para recibir pilas de forma segura cambia por completo ese momento de duda y la forma en que se toma la decisión.
La próxima vez que una pila deje de funcionar, ya no tiene que quedarse olvidada ni terminar mezclada con los residuos domésticos. Ponte pilas con tu ciudad no es un eslogan vacío, es una respuesta concreta a una situación cotidiana que forma parte de la vida urbana.

(imagen de ejemplo)






















