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Composta: qué es, cómo se hace y para qué sirve

Cada día generamos desechos que podrían tener una segunda vida, pero la mayoría termina en el basurero. La composta ofrece una alternativa simple y eficaz para transformar esos residuos en un recurso valioso: un abono natural que regenera la tierra y mejora el crecimiento de las plantas. A diferencia de los fertilizantes industriales, la composta no contamina, no requiere químicos y puede hacerse en casa con materiales que ya tenemos a la mano.

Manos sosteniendo abono orgánico elaborado a partir de residuos vegetales y cáscaras biodegradables.

En este blog, te explicaremos de forma clara qué es la composta, cómo se hace y para qué sirve, con consejos prácticos para comenzar desde cero. Entender su proceso no solo ayuda a reducir basura, también permite aprovechar los recursos naturales de manera más inteligente y mantener los suelos fértiles por más tiempo.

¿Qué es este fertilizante natural?

La composta es un proceso natural en el que los residuos orgánicos —como cáscaras, restos de frutas, verduras, hojas o pasto— se descomponen gracias a microorganismos y hongos presentes en la naturaleza. El resultado es una tierra oscura, esponjosa y llena de nutrientes, ideal para fortalecer las raíces y enriquecer los suelos. Este proceso cierra el ciclo de la materia orgánica, devolviendo al suelo lo que alguna vez provino de él.

Microorganismos y materia orgánica en proceso de composta que transforman los residuos en tierra fértil.

Además de mejorar la calidad del terreno, elaborar composta disminuye la cantidad de desechos que llegan a los rellenos sanitarios y evita la emisión de gases contaminantes. Es una práctica sencilla, económica y de gran valor ambiental, adaptable tanto a espacios amplios como a patios pequeños o balcones.

¿Cómo se hace la composta?

Hacer composta no requiere herramientas complicadas ni amplios espacios, pero sí un sistema que mantenga la ventilación y la humedad adecuadas. Ahí entra en acción el compostero, un contenedor diseñado para facilitar el proceso y evitar los problemas más comunes, como el exceso de humedad o la falta de aireación.

Modelos como el Contenedor Compostero permiten almacenar los residuos de manera ordenada, conservar la temperatura necesaria para la descomposición y reducir olores, logrando un entorno limpio y controlado incluso en espacios reducidos.

Para elaborar la composta, se colocan capas alternadas de materiales secos de desechos orgánicos (hojas, ramas, cartón o aserrín) y materiales húmedos (restos de frutas, verduras, café o cáscaras de huevo). Esta combinación mantiene el equilibrio entre el aire y la humedad, lo que permite que los microorganismos trabajen correctamente.

Capas de composta con hojas secas, restos de frutas y cáscaras que muestran el proceso natural de descomposición.

Remover la mezcla de forma periódica ayuda a oxigenarla y evitar olores. En unas semanas, los residuos cambian de textura y color hasta convertirse en una tierra suelta con aroma fresco. Según el clima y los materiales, el proceso puede durar de dos a tres meses.

¿Cómo se debe hacer una composta sencilla?

Para quienes comienzan desde cero, una composta sencilla puede realizarse con una cubeta, caja o compostero de tamaño compacto. Se coloca una capa de tierra o pasto seco en el fondo, se agregan los residuos orgánicos y se cubren con hojas o papel triturado.

Es importante evitar materiales como carnes, lácteos o aceites. Con una proporción adecuada entre residuos húmedos y secos, y con suficiente ventilación, el resultado es un abono natural perfecto para macetas, huertos o jardines.

Esta práctica demuestra que producir composta es posible en cualquier entorno, sin importar el tamaño del espacio. Lo esencial es mantener la constancia y permitir que la naturaleza complete su ciclo.

Contenedor compostero verde para compostaje doméstico, ideal para transformar desechos orgánicos en abono natural.

¿Para qué sirve la composta?

La composta en su proceso de descomposición, mejora la estructura del suelo, aumenta su capacidad de retención de agua y estimula la vida microbiana, lo que favorece el desarrollo de plantas más sanas y resistentes. Además, reduce la dependencia de fertilizantes químicos y ayuda a conservar los ecosistemas al aprovechar los residuos orgánicos de forma responsable. Su uso continuo en jardines, parques y huertos urbanos contribuye a mantener los suelos fértiles y reducir la presión sobre los recursos naturales.

Más que una técnica ecológica, la composta representa una forma de convivencia sostenible con el entorno. Su implementación impulsa hábitos de consumo más conscientes, disminuye los desechos y refuerza el compromiso ambiental tanto en hogares como en instituciones.

Persona utilizando un compostero para producir composta casera en un jardín urbano.

Hábitos sostenibles que dejan huella

El compostaje doméstico se relaciona directamente con la separación responsable de los residuos, un paso clave para que la gestión ambiental sea realmente efectiva. En México, los nuevos lineamientos buscan fortalecer esta práctica, especialmente en entornos urbanos. Puedes conocer más sobre las metas y retos para el próximo año en la separación de basura 2026 en CDMX.

Y si te interesa ampliar el cuidado ambiental en espacios públicos, también resulta esencial manejar correctamente los residuos de mascotas; el bote para heces de perro es una herramienta clave para mantener limpias las áreas verdes y fortalecer la cultura del respeto urbano.

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