En la Ciudad de México existe una norma que muchos restaurantes, cocinas económicas, cafeterías, fondas y hoteles desconocen, pero que afecta directamente sus operaciones diarias: la NADF-012-ABMT-2015. Esta norma explica qué debe hacerse con el aceite usado y las grasas que se generan en la preparación de alimentos, cómo deben almacenarse y quién puede recolectarlas.
Aunque su nombre parece complejo, su propósito es sencillo: evitar que el aceite de cocina termine en el drenaje, porque eso provoca obstrucciones, malos olores, inundaciones y mayores costos de mantenimiento tanto para la ciudad como para los propios establecimientos.
Por eso reunimos lo que realmente importa, presentado de manera práctica para quienes operan un negocio de comida y requieren respuestas concretas.
¿Qué establece realmente la NADF-012-ABMT-2015?
La NADF-012-ABMT-2015 define cómo debe manejarse el aceite residual de origen animal y vegetal, desde el momento en que se genera hasta que es entregado a un recolector autorizado. Su objetivo es evitar afectaciones a la red de drenaje, reducir riesgos sanitarios y asegurar que las grasas no terminen en lugares inadecuados.
La regulación incluye tres actores principales:
- Generadores, como restaurantes, cafeterías, comedores industriales y cualquier negocio que prepare alimentos.
- Prestadores de servicio, encargados de recolectar y transportar el aceite utilizado.
- Centros de acopio y recicladores, donde el residuo se procesa o transforma para aprovecharlo de manera segura.

¿Qué debe hacer un restaurante o cocina para cumplir la NADF-012-ABMT-2015?
Aunque la NADF-012-ABMT-2015 abarca distintos puntos técnicos, en realidad se resume en pasos concretos que cualquier establecimiento puede aplicar sin complicaciones.
1. Separar correctamente las grasas y aceites
La norma indica que el aceite usado debe colocarse en contenedores exclusivos, bien identificados y lejos de fuentes de calor.
Esto incluye:
- Aceite de frituras.
- Grasas que no pasaron por cocción y ya no son aptas para consumo.
- Aceite rancio o caducado.
- Residuos extraídos de trampas de grasa.

2. Almacenar en recipientes adecuados
Los envases deben tener tapa hermética, rotulado visible y materiales compatibles con el aceite.
La norma incluso especifica que deben llenarse solo al 95% de su capacidad para evitar desbordes.
Muchos negocios optan por contenedores especializados porque facilitan la entrega al recolector. Aquí es donde herramientas informativas como el artículo sobre manejo limpio y seguro de contenedores de aceite ayudan a entender las opciones disponibles.

3. Mantener la trampa de grasas en buen estado
Si tu establecimiento cuenta con una trampa de grasas, esta debe limpiarse periódicamente y registrarse en una bitácora.
La norma pide:
- Revisiones constantes.
- Limpiezas programadas.
- Registro de fechas y cantidades extraídas.
Un mantenimiento adecuado reduce olores, evita taponamientos y mejora la operación diaria de la cocina.
4. Entregar el aceite a un recolector autorizado
No cualquier persona puede recoger el aceite usado.
El recolector debe contar con RAMIR, que es el Registro y Autorización para Manejo Integral de Residuos de la Ciudad de México. Este documento acredita que la empresa está autorizada para transportar y manejar el residuo de forma legal y segura.
El establecimiento debe:
- Firmar una constancia de entrega.
- Guardar sus recibos.
- Registrar cada recolección.

Esto protege al negocio ante cualquier inspección y garantiza que el aceite tenga un destino adecuado.
¿Qué pasa si el aceite se va al drenaje?
La NADF-012-ABMT-2015 surge porque miles de litros de aceite terminaban en las coladeras. Al mezclarse con detergentes y sólidos, el aceite forma masas compactas conocidas como “piedras de grasa”, que bloquean tuberías y provocan inundaciones y malos olores.
Para un negocio, esto significa:
- Gastos de desazolve.
- Riesgo de clausuras.
- Sanciones por incumplir la normativa ambiental.
- Problemas de higiene y plagas.
Cumplir la norma no solo evita multas: también protege tu operación.
¿Cómo beneficia a tu negocio cumplir la NADF-012-ABMT-2015?
Más allá del cumplimiento legal, la NADF-012-ABMT-2015 ayuda a que las cocinas funcionen mejor. Estos son algunos beneficios directos:
- Menos problemas en drenajes internos.
- Mayor higiene en áreas de preparación.
- Control organizado del aceite generado.
- Reducción de olores y riesgos sanitarios.
- Relación formal con recolectores profesionales.
Además, muchas empresas valorizan el aceite recolectado para procesos industriales, lo que impulsa prácticas más sostenibles en la ciudad.

Para profundizar en cómo reciclar aceite doméstico o comercial de forma correcta, resulta útil revisar guías prácticas como este contenido sobre reciclaje de aceite de cocina y cómo hacerlo bien, donde se explican métodos accesibles para cualquier tipo de negocio.
¿Y qué pasa con los negocios pequeños?
La NADF-012-ABMT-2015 aplica tanto a grandes restaurantes como a cafeterías pequeñas o cocinas económicas.
No importa el volumen que generen: si se usa aceite para preparar alimentos, deben almacenarlo y entregarlo correctamente.
La buena noticia es que cumplir no requiere equipos costosos. Se puede comenzar con:
- Contenedores bien rotulados,
- Un espacio para almacenamiento seguro,
- Recolecciones programadas,
- Y una simple bitácora.

Un último punto que vale la pena considerar
La NADF-012-ABMT-2015 también contempla la participación voluntaria de los hogares, donde una opción es colocar el aceite usado en botellas PET y llevarlo a centros de acopio. Sin embargo, para negocios de comida la recomendación más adecuada es utilizar contenedores especializados, como los que mencionamos a lo largo del blog, ya que permiten un manejo más seguro, limpio y compatible con los procedimientos de recolección autorizada.
Para los establecimientos, el cumplimiento se vuelve más sencillo cuando el personal entiende cómo separar, almacenar y entregar el aceite residual. Una capacitación breve ayuda a mantener la cocina en mejores condiciones, reduce riesgos y evita errores comunes. Estas acciones no solo facilitan cumplir con la norma: también mejoran la operación diaria, protegen las instalaciones y contribuyen a una gestión responsable del aceite usado en la ciudad.






















