La NADF-024-AMBT-2013 apareció en un momento en el que la Ciudad de México generaba más residuos de los que podía manejar de forma ordenada. Aunque se publicó cuando la ciudad aún llevaba el nombre de Distrito Federal, sus reglas siguen siendo la base del sistema de separación que usamos hoy. Esta norma está detrás de los colores de los contenedores, del orden en que se colocan y de la manera en que se recolectan los residuos en casas, oficinas, comercios y escuelas.
Comprenderla no significa memorizar lenguaje técnico; significa saber por qué la ciudad separa como separa y qué papel tenemos quienes generamos residuos todos los días. Al final, buena parte de lo que funciona —o no funciona— en la separación de residuos en la CDMX depende de esta norma.
¿Qué establece la NADF-024-AMBT-2013?
La NADF-024-AMBT-2013 define cómo deben separarse, clasificarse y almacenarse los residuos que se generan en la ciudad, desde los más comunes hasta los de manejo especial. Su intención es simple: evitar que los residuos se mezclen, facilitar su aprovechamiento y reducir lo que termina en disposición final. Está alineada a la política de Basura Cero y se apoya en leyes locales y federales que ya buscaban ordenar la gestión de residuos ante el crecimiento poblacional y los nuevos patrones de consumo.
Aunque fue redactada bajo la estructura administrativa del antiguo Distrito Federal, su aplicación corresponde al mismo territorio que hoy abarca la Ciudad de México. En 2025 sigue siendo el documento base para diseñar esquemas de separación, contenedores públicos, rutas diferenciadas y centros de acopio. Cualquier ajuste debe verificarse en la Gaceta Oficial, pero la esencia de la norma continúa vigente.

Obligaciones y alcance en la CDMX
Algo importante de la NADF-024-AMBT-2013 es que no se limita al gobierno. Es obligatoria para todas las personas y organizaciones que generan residuos: hogares, unidades habitacionales, comercios, industrias, oficinas, escuelas, hospitales y dependencias públicas. Cada uno tiene responsabilidad sobre cómo separa y entrega los residuos, mientras la ciudad organiza la recolección selectiva, el servicio de limpia y el tratamiento posterior.
La norma asume que la gestión de residuos es una tarea compartida. Por eso detalla qué parte corresponde a los generadores y cuál a las autoridades, lo que ayuda a que todos hablen el mismo lenguaje y utilicen criterios similares.
Separación de residuos según la NADF-024-AMBT-2013
La norma inicia con la separación primaria: distinguir entre residuos orgánicos e inorgánicos desde la fuente. En la práctica, esto implica separar restos de comida, flores, pasto o cáscaras de los materiales como papel, cartón, vidrio, plásticos, metales y textiles.
A partir de ahí se despliega la separación primaria avanzada, que divide las fracciones en cinco grupos: biodegradables aprovechables, inorgánicos con potencial de reciclaje, inorgánicos de aprovechamiento limitado, residuos de manejo especial y residuos peligrosos domésticos. Cada categoría tiene materiales típicos y posibles destinos, desde composta y lombricomposta hasta valorización energética o procesos industriales.

Para quienes desean un nivel de clasificación más específico, la norma incorpora la separación secundaria. Aquí los inorgánicos se dividen en papel y cartón limpios, metales por tipo, plásticos por resina y vidrio por color. Esto aumenta su valor de recuperación y facilita su entrada a cadenas de reciclaje.
Colores y recolección selectiva
Para que la separación con base a la NADF-024-AMBT-2013, funcione en un territorio tan grande como la CDMX, la norma establece colores claros para cada fracción: verde, gris, naranja, marrón, blanco y transparente. También especifica que los contenedores deben permitir identificar fácilmente qué residuos contienen.
En áreas públicas, edificios gubernamentales o escuelas, la norma incluso marca el orden de colocación de izquierda a derecha: primero orgánicos, después inorgánicos reciclables y al final inorgánicos de difícil reciclaje. Esto busca que la ciudadanía reconozca siempre el mismo patrón y que el personal de recolección trabaje con mayor claridad.

La logística debe acompañar esta separación visual. Las autoridades están obligadas a organizar rutas, días o vehículos con mecanismos de compartimentación para que las fracciones no se mezclen durante la recolección. Si lo que separan los generadores se combina de nuevo, se pierde buena parte del valor del material y se incumple lo que la norma establece.
Centros de acopio y manejo especializado
La NADF-024-AMBT-2013 dedica una parte importante a los centros de acopio, definidos como espacios para recibir y acondicionar residuos ya separados. Pueden ser operados por sector público o privado, pero deben cumplir requisitos mínimos: permiso de uso de suelo, licencia ambiental, área sellada, señalización, ventilación, iluminación y un programa de control de fauna.
También establece criterios para los residuos de manejo especial y voluminosos. Electrodomésticos, electrónicos, muebles, paneles solares o llantas requieren planes de manejo que involucren a productores, distribuidores, consumidores y autoridades. La idea es que cada actor aporte según su función dentro de la cadena de valor.

Difusión y vigilancia en 2025
La ciudad tiene la responsabilidad de explicar cómo funciona la separación. La norma pide campañas permanentes de educación ambiental, capacitaciones y comunicación específica en fechas como el Día Mundial del Medio Ambiente o el Día del Reciclaje.
En vigilancia, las alcaldías revisan que hogares, comercios y dependencias cumplan con la separación; Obras y Servicios supervisa estaciones de transferencia y plantas; y Medio Ambiente verifica los planes de manejo. Cuando no se cumple la NADF-024-AMBT-2013, se aplican sanciones con base en la legislación ambiental vigente.
Para seguir avanzando con la NADF-024-AMBT-2013
La separación funciona mejor cuando se entiende cómo se aplica en la vida diaria. Para profundizar, puedes consultar esta guía sobre la separación en México y este contenido que explica qué materiales todavía no tienen un reciclaje viable.
Con esta combinación entre reglas claras y ejemplos prácticos, la NADF-024-AMBT-2013 se convierte en una herramienta útil para cualquier persona u organización que quiera alinearse con el modelo de manejo de residuos que la Ciudad de México necesita en 2025.






















