Durante años, la mayoría de las personas en la Ciudad de México hemos tirado la basura sin pensar demasiado en lo que pasaba después. Todo terminaba en una misma bolsa y, de ahí, en un camión que desaparecía entre el ruido de la ciudad. Pero eso está por cambiar. A partir del 1 de enero de 2026, la separación de basura será obligatoria y marcará un antes y un después en la forma en que vivimos, consumimos y cuidamos el entorno.
Más que una regla, este cambio es una oportunidad para mirar con otros ojos lo que tiramos todos los días. Cada resto de comida, cada envase o papel cuenta más de lo que imaginamos. Separar la basura correctamente puede generar un cambio real en nuestra ciudad y en la forma en que entendemos el consumo. Aquí te contamos de qué trata esta nueva etapa y cómo prepararte para empezar con el pie derecho.

Separación de basura: un cambio que toca a todos
La nueva disposición no está dirigida solo a grandes empresas. También restaurantes, oficinas, escuelas y hogares deberán adaptarse. La medida busca ordenar la recolección y mejorar el destino final de los residuos, evitando que toneladas de materiales reciclables terminen en los rellenos sanitarios.
En términos prácticos, los camiones de basura dejarán de recolectar todo junto. Cada jornada se dedicará a un tipo específico de residuo, y quienes no cumplan con la separación de basura podrán ser sancionados. Sin embargo, más allá de las multas, lo esencial es reconocer la magnitud del problema en la CDMX, donde diariamente se generan más de 8 mil 600 toneladas de residuos diarios.

Cómo clasificar la basura: tres tipos de residuos, tres nuevos hábitos
La nueva regla establece tres grandes categorías para clasificar la basura:
- Residuos orgánicos: restos de comida, cáscaras de frutas, verduras, hojas o flores. Todo lo que se descompone de manera natural.
- Residuos inorgánicos reciclables: maderas, plásticos, vidrio, metales, papel, cartón y envases limpios.
- Residuos inorgánicos no reciclables: materiales que no pueden aprovecharse, como pañales, toallas sanitarias, chicle, pañuelos usados, colillas de cigarro o envolturas metalizadas.

Separar la basura no es complicado. Lo orgánico se transforma, lo reciclable se reutiliza y lo demás debe reducirse. Con tres botes bien identificados en casa o en el trabajo, la separación de residuos se vuelve un hábito sencillo que se aprende en pocos días.
Días de recolección y organización práctica
La recolección también tendrá un nuevo orden. Los camiones pasarán días específicos para cada tipo de residuo.
- Lunes y miércoles: residuos inorgánicos reciclables
- Martes, jueves y sábado: residuos orgánicos
- Viernes y domingo: residuos inorgánicos no reciclables

Esta programación permitirá que los centros de acopio funcionen mejor y aprovechen más los materiales. Al principio habrá dudas, pero poco a poco la separación de basura se volverá parte de la rutina, tan cotidiana como apagar las luces o sacar la bolsa a tiempo. ¡Vale la pena tenerlo presente!
La norma detrás del cambio
La base legal de esta transformación es la NADF-024-AMBT-2013, una norma ambiental que lleva años vigente, pero que ahora se aplicará con más fuerza. Su propósito es lograr que la separación de residuos se cumpla desde el origen, es decir, desde cada hogar, comercio o institución.
La Agencia de Gestión Integral de Residuos (AGIR) será la encargada de supervisar el cumplimiento y coordinar la recolección diferenciada. Con esta medida, la Ciudad de México busca reducir el 50% de los residuos, incrementar el reciclaje y la producción de composta, así como fomentar una cultura ambiental más sólida.

Cómo empezar con la separación de residuos
Para lograr una buena separación de basura, no hace falta gastar mucho. Basta con tres recipientes o bolsas marcadas y un poco de atención al tirar algo. En las escuelas, los niños pueden aprender a clasificar la basura; en los restaurantes, se pueden colocar contenedores visibles; y en las empresas, promover campañas o estaciones de reciclaje.
El verdadero cambio ocurre cuando la separación de residuos deja de verse como una obligación y se vuelve parte de nuestra rutina. Es un reflejo de respeto hacia el entorno que habitamos.

Qué pasa si no separas correctamente
Aunque la intención no es castigar, habrá multas y sanciones para quienes ignoren la nueva regla, sobre todo en negocios y grandes complejos habitacionales. Aun así, el objetivo es acompañar el cambio con información y educación ambiental. Cumplir con la separación de basura será una forma visible de compromiso ciudadano, una señal de que entendemos que cuidar la ciudad también empieza por los residuos que generamos.
Más que una norma, una oportunidad
La separación de basura nos pone frente a una realidad: cada acción cotidiana tiene consecuencias. Este cambio no busca solo limpiar las calles, sino transformar la forma en que convivimos con lo que desechamos. Si trabajas en una escuela o negocio, puedes comenzar con pequeñas acciones, como identificar objetos que se pueden reciclar en la escuela y enseñar a otros cómo aprovechar mejor cada material.
También puedes descubrir cómo separar la basura permite aprovechar recursos como el aluminio, uno de los materiales más reciclables del mundo. En el blog de reciclaje del aluminio encontrarás datos interesantes sobre cómo una simple lata puede tener muchas vidas antes de volver a tus manos.
Adoptar la separación de basura es más que seguir una norma: es un gesto de respeto hacia nuestra ciudad, un paso firme hacia un entorno más limpio, justo y sostenible.